La imagen de Jesús misericordioso

Santa Faustina describe en el Diario la visión de Jesús que tuvo el 22 de febrero de 1931 en Plock (Polonia):
Al anochecer, estando en mi celda, vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca. Tenía una mano levantada para bendecir, y con la otra tocaba la túnica sobre el pecho. De la abertura de la túnica en el pecho, salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido. En silencio, atentamente miraba al Señor, mi alma estaba llena de temor, pero también de una gran alegría. Después de un momento, Jesús me dijo: “Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: Jesús, confío en Ti. (…) Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte” (D. 47).
La tarea que Jesús encargó a la hna. Faustina era imposible de realizar en términos humanos, porque no tenía conocimientos básicos de creación artística. Sin embargo, queriendo cumplir la voluntad de Dios, buscó la ayuda de otra hermana, pero no salió nada de ello. Los apremios del Jesús y la desconfianza de los confesores y las superioras causaban un gran sufrimiento a Faustina.
Durante los más de 2 años de su estancia en Plock y, posteriormente, en Varsovia, siguió pensando en el deseo del Señor Jesús, que seguía sin cumplirse, y Jesús le hizo sentir la gran importancia que tenía en los planes divinos la misión que le había encomendado.
«De repente vi al Señor que me dijo: Has de saber que si descuidas la cuestión de pintar esta imagen y de toda la obra de la misericordia, en el día del juicio responderás de un gran número de almas» (D. 154).
Después de profesar sus votos perpetuos, la hna. Faustina fue trasladada a la casa conventual de Vilna, el 25 de mayo de 1933. Aquí encontró la ayuda prometida anteriormente: el confesor y director espiritual, el padre Miguel Sopoćko, que intentó llevar a cabo los deseos del Señor Jesús.

El p. Miguel Sopoćko le dio a conocer al pintor Eugeniusz Kazimirowski la misión de la hna. Faustina y le comprometió a guardar el secreto. Este pintor valorado y con gran reconocimiento profesional renunció a su propia concepción artística para representar detalladamente lo que relataba la hna. Faustina, que estuvo yendo al estudio del pintor (por lo menos) una vez a la semana, durante medio año (junto con la hna. Borgia), para añadir detalles o indicaciones, y mostrar las debidas correcciones que había que hacer.
En este proceso de pintar la imagen participó activamente el p. Miguel Sopoćko. Él personalmente trató de asegurarse de que la figura de Jesús fuera recreada exactamente según las instrucciones de la hna. Faustina.
El tiempo que dedicaron juntos a la pintura de la imagen fue una oportunidad para una interpretación más profunda del contenido del cuadro. Las cuestiones discutibles las resolvía el mismo Señor Jesús (Diario 299; 326; 327; 344). La conversación que mantuvo la hna. Faustina con Jesús sobre el cuadro pintado fue muy significativa:

«… cuando estaba en el taller de aquel pintor que pintaba esa imagen, vi que no era tan bella como es Jesús. Me afligí mucho por eso, sin embargo lo oculté profundamente en mi corazón. (…) La Madre Superiora se quedó en la ciudad para solucionar diferentes asuntos, yo volví sola a casa. En seguida fui a la capilla y lloré muchísimo. Le dije al Señor: ¿Quién te pintará tan bello como Tú eres? Como respuesta oí estas palabras: No en la belleza del color, ni en la del pincel, está la grandeza de esta imagen, sino en Mi gracia» (Diario, 313).
De esta conversación emana la sinceridad de la persona a la que le había sido concedida una gracia sobrenatural y que en sus vivencias místicas vio la belleza real del Salvador Resucitado.
Jesús se apareció muchas veces a la hna. Faustina en la forma en la que se muestra en el cuadro (Diario 473; 500; 560; 613; 657, 1046) y también, en repetidas ocasiones exigió que ese cuadro, que santificó con su presencia viva, se expusiese para la veneración pública.
Gracias a los esfuerzos del p. Sopoćko, desde el 26 hasta el 28 de abril de 1935, durante las celebraciones finales del Jubileo de los 1900 años de la Redención del mundo, en la Puerta de la Aurora, en Vilna, la Imagen del Salvador Misericordioso fue venerada públicamente por primera vez, por una multitud de fieles que participaban en las oraciones. Esa celebración coincidió con el primer domingo después de la Pascua. Santa Faustina participó en ella, y el p.Sopoćko predicó una homilía sobre la Divina Misericordia tal y como lo había exigido Jesús.
«Durante tres días la imagen se expuso al público, y recibió la veneración pública porque había sido colocada en la Puerta de la Aurora (Ostra Brama), en un ventanal, en lo alto, por eso se la veía desde muy lejos. Durante esos tres días en la Puerta de la Aurora se celebró con solemnidad la clausura del Jubileo de la Redención del Mundo, el 19 centenario de la Pasión del Salvador. Ahora veo que la obra de la Redención está ligada a la obra de la misericordia que reclama el Señor» (Diario, 89).

«Cuando esta imagen fue expuesta, vi un movimiento vivo de la mano de Jesús que trazó una gran señal de la cruz. Por la noche del mismo día (…) vi que la imagen estaba pasando sobre una ciudad y aquella ciudad estaba cubierta de redes y de trampas. Jesús, al pasar cortó todas las redes…» (Diario, 416).
«Cuando estaba en la Puerta de la Aurora durante las celebraciones en las cuales fue expuesta esta imagen, estuve presente en la homilía que predicó mi confesor [Miguel Sopoćko]; la homilía fue sobre la Divina Misericordia, fue la primera de las que exigía el Señor Jesús desde hacía mucho tiempo. Cuando empezó a hablar de esta gran misericordia del Señor, la imagen tomó un aspecto vivo y los rayos penetraron en los corazones de las personas reunidas, pero no en grado igual, unos recibieron más y otros menos. Una gran alegría inundó mi alma viendo la gracia de Dios» (Diario, 417).
Las celebraciones de la Puerta de la Aurora en Vilna fueron para la hna. Faustina una señal y el cumplimiento de las gracias anunciadas anteriormente: una manifestación pública de la fuerza de la Divina Misericordia: «Cuando terminó el oficio y el sacerdote tomó el Santísimo Sacramento para impartir la bendición, súbitamente vi al Señor Jesús con el mismo aspecto que tiene en esta imagen. El Señor impartió la bendición y los rayos se extendieron sobre todo el mundo. De repente, vi una claridad inaccesible en forma de una habitación de cristal, tejida de ondas de luz impenetrable a cualquier criatura o espíritu. Para entrar en la claridad [había] tres puertas y en ese instante Jesús, con el mismo aspecto que tiene en la imagen, entró en aquel resplandor a través de la segunda puerta, hasta el interior de la unidad» (Diario, 420).

El 4 de abril de 1937, con el permiso del arzobispo metropolitano de Vilna, Romuald Jalbrzykowski, tras un dictamen positivo los expertos, el cuadro de Jesús Misericordioso fue bendecido y colocado en la Iglesia de San Miguel de Vilna, al lado del altar principal. Aquí, hasta 1948, fue expuesto en un impresionante marco dorado, y emanaba su aire de santidad. Se veneraba los fieles donaban exvotos por las gracias concedidas. El culto a la Divina Misericordia se difundía de forma rápida, llegando más allá de Vilna. De forma inexplicable, a pesar de las limitaciones, llegaba a millones de personas en el mundo entero.
En la correspondencia con el p. Sopoćko la hna. Faustina escribe: «Dios me hizo conocer que estaba satisfecho con lo que ya se había hecho; sumergiéndome en la oración y en la cercanía de Dios sentí́ en el alma una paz profunda por la totalidad de esta obra. (…) Y en lo que se refiere a esas imágenes (estampas), (…) La gente las adquiere, poco a poco. Como todo, también esto va a ir lentamente. Las imágenes no son tan bonitas como el cuadro grande. Las compran aquellos a los que atrae la gracia de Dios» (Cracovia, 21 de febrero 1938).

Como resultado de la II Guerra Mundial (1939-1945) y de la incorporación de Lituania a la URSS, la imagen de Jesús Misericordioso dejó de estar disponible para los peregrinos durante varias décadas.
Durante este tiempo se hicieron diferentes versiones libres de la imagen de Jesús misericordioso que, aunque no corresponden con la visión de Santa Faustina (tal y como se puede leer en los escritos del p. Miguel Sopoćko), sin embargo, han contribuido a la difusión del culto a la Divina Misericordia. Entre estas imágenes, la más conocida, es la pintada por Adolf Hyla en 1943, como exvoto por haberse salvado su familia de las consecuencias de la guerra, y que se encuentra expuesta en el Santuario de la Divina Misericordia de Cracovia.
La imagen de Jesús misericordioso pintada bajo supervisión de Santa Faustina sobrevivió a la época comunista gracias a la acción milagrosa de la Divina providencia, a pesar de las muchas amenazas a las que se enfrentó (el cuadro estuvo escondido en un ático, enrollado repetidamente, almacenado en condiciones inapropiadas, con excesiva humedad y temperaturas bajo cero y fue restaurado de forma inadecuada).
Juan Pablo II durante una peregrinación a Lituania, el 5 de septiembre de 1993, rezó en la Iglesia del Espíritu Santo de Vilna ante a la imagen de Jesús Misericordioso. Y durante un discurso a los fieles, llamó a esta imagen: «IMAGEN SANTA»
En el video se puede ver como la imagen de Jesús misericordioso coincide perfectamente con la Sábana Santa de Turin.
En la historia de las apariciones, solo se conoce un acontecimiento en el que el Señor Jesús expresó el deseo de que se pintase un cuadro con su imagen. Este acontecimiento es la aparición a Sta. Faustina, donde Él mismo presentó y aceptó su imagen visual, mostrando repetidamente a la hna. Faustina su presencia viva, en la forma en que fue recreado en el cuadro. Además, al prometer favores especiales a los que veneren esta imagen, le otorgó un valor religioso extraordinario.
En el documental “La imagen de la Divina Misericordia” se relata la apasionante historia de esta imagen.